lunes, 18 de abril de 2011

Cuarenta Corazones Enlatados

No nos hablamos,
no nos tocamos,
apenas nos miramos
y estamos solos.
Cumplimos
una rutina,
exactamente la misma
para todos
y estamos solos.
Una escalera
de cuatro generaciones
de gafas
y peinados
y abrigos
y estamos solos.
Somos
pausas
y un acordeón
mudo
y unos ojos
vidriosos
y estamos solos.
Somos
cuarenta corazones enlatados
y estamos solos.
Acá abajo,
en el infierno de la rutina
estamos solos.

2 comentarios:

  1. Y sí, estamos solos como el caracol...
    Pero ojo, muchas veces ese "estar solo" es tan gratificante:la soledad es la hermana menor de la libertad...creo.
    Abrazo.

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  2. Sobre todo para el que escribe, no? Gracias por los comentarios, Pelota.
    Abrazo bien grande.

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