domingo, 3 de abril de 2011

El vagón de los escritores

Hoy,
subí al metro
y los ví.
Sí,
no me equivocaba.
Todos ellos,
eran escritores:
el pibe
rapado,
de la gabardina negra
y el libro de bolsillo
con la yema de los dedos
gastados
y los dientes podridos;
el hombre
de traje gris
y manos gigantes;
el viejo chino,
de pensamientos
en forma de nube;
la mujer
borracha y demasiado vieja,
de pelo rojo,
tirante y grasiento;
la chica guapa,
educada,
burguesa
y culta
pero triste;
la vieja
copista francesa,
color caramelo;
el hombre
de las gafas
multiplicadas
en lupas;
el viejo
del traje viejo;
Todos ellos,
eran escritores.
Todos
tenían algo
para decir.

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