lunes, 18 de abril de 2011

No debería

No debería pedir perdón
por derramarte de incertidumbres
por ahuecar tu pureza con tristezas
No debería ensuciarte
con astucias quietas
ni matar tu inmensidad
con lamentos lentos
pero aquí estoy
la sombra de la llama de un sueño
petrificado e infecto
No debería mirarte
con los ojos enfermos
ni debería tocarte
con las manos del miedo
No, me resisto, al silencio
desdichado mequetrefe del empeño
No debería rimarte
sin un claro parlamento
No debería buscar tus brillos
ni tus milagros, ni tus secretos
No debería esconder
mis monstruos en tus dos pechos
blancas vasijas del niño
firmes montañas del tiempo
No debería morir
sobre la faz del destierro
ni debería existir
detrás del ojo del ciego
No debería exaltar
la tortura de olvidar
cada paso y cada reto
No debería seguir
pero aquí estoy
una pálida llanura de martirios
la segunda llave del cerco
una ruta con las curvas hacia adentro
el reflejo del reflejo de un reflejo
No debería llorar
plegarias hacen los necios
ni debería enterrarme
en el final de estos versos.

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