sábado, 7 de mayo de 2011

Anochece

Desde una extraña terraza
en un Madrid de arquitectura comunista
puedo ver cómo un murciélago danza
contra el atardecer anaranjado.

Me tranquiliza la distancia que nos separa,
pero inmediatamente pienso
que desde otra extraña terraza
alguien podría estar viendo
danzar un segundo murciélago.

Doy un paso atrás
y miro sobre mi cabeza.
El atardecer anaranjado
se pinta de negro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario